Si alguna vez se me concede un deseo, sólo uno. Si tengo la suerte de encontrar un trébol de cuatro hojas o se me apareciese un gnomo verde, o quizás mi hada madrina, si un día encontrase la lámpara de Aladino....
Si alguna de esas cosas sucediese, quisiera, aunque fuese sólo por un día, volver a ser niño otra vez.
Ser niño otra vez para volver a pensar que mi mami es una princesa con vestido de lunares, un mar de mimos inagotable, una loca divertida, capaz de hacer de cualquier cosa, un juego.
Ser niño otra vez para ver a mi papi como la persona más fuerte del mundo, con la que me siento seguro y a salvo, una fuente de vivencias y conocimientos de todo tipo, un tiburón azul vegetariano en el océano de gente pez en el que vivo.
Ser niño otra vez para imaginar que sí tomas agua en cuchara se vuelve limonada y la alarma para saber que estás limpio en la bañera son las arrugas que se forman en las yemas de los dedos de manos y pies .
Ser niño otra vez para saber que los palitos de las ramas que caen de los árboles son llaves que abren las cerraduras y los candados de los cofres que guardan los tesoros de los parques.
Ser niño otra vez para poder hacerme invisible siempre que quiera, y asustar a la abuela y al abuelo rugiendo como un león o un tigre, de esos que aparecen en los libros que cada día miro y vuelvo a mirar con tanto entusiasmo antes de cenar.
Ser niño para poder jugar con todo y para hacer de todo un juego. Descubrir lo que hacen los mayores e imitarlos más tarde. Probarme a mi mismo que soy capaz de hacer lo que otros creen que no puedo.
Ser niño para poder sentir todos los tipos de amor que hay en el mundo. El amor de tu familia, el de tus amigos, el correspondido y el ignorado, el consciente y el que sorprende. Conocer el sabor del primer beso, sentir mi corazón palpitando, notar cómo mis labios esbozan una sonrisa cada vez que pienso en mi amor. Sentirme más vivo cuando me coge de la mano y me mira, sentirme desgraciado cuando está lejos.
Ser niño para mirar a las personas y sólo ver personas, no etiquetas ni prejuicios. Tener siempre ganas de abrazar a todo el mundo, aunque necesite cinco minutos para no sentir vergüenza antes de hacerlo.
Pero aunque ser niño otra vez sería genial, pensándolo mejor, creo que no es exactamente lo que quiero, porque todas esas cosas yo ya las he vivido. Lo que deseo con todas mis fuerzas es que tú, mi pequeño, las vivas como yo lo he hecho antes y me tengas a mi a tu lado para acompañarte en este viaje que es la vida.
¡¡¡ Bienvenido al mundo, hijo mío !!!
Esta historia quiero dedicársela a todas esas personas que siguen guardando en su interior un trocito de "vamos a jugar a saltar en los charcos". Vosotros sois los que hacéis esta vida más divertida.
¡GRACIAS!
Ojala encuentres tu trébol de 4 hojas y te de toda na suerte que te mereces. Eres muy buena persona y excelente profesional. Gracias de nuevo :)
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